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Éider Arévalo, una historia que se forja a paso firme pero seguro


La disciplina y la paciencia llevaron hoy al colombiano Éider Orlando Arévalo Truque a ganar el oro de los 20 kilómetros marcha en el Mundial de Atletismo de Londres, donde cosechó el mayor éxito de una carrera que avanza a paso firme desde que inició hace 13 años.

El marchista colombiano nació hace 24 años en el municipio de Pitalito, departamento del Huila, donde descubrió que su vida estaba encaminada a ser atleta porque vencía con facilidad a sus compañeros de escuela en las diferentes competencias.

Con el apoyo de sus padres, Arévalo comenzó a participar en torneos juveniles y destacó como una de las grandes promesas del atletismo cafetero por su talento innato.

Cuando cumplió quince años, en 2008, se trasladó a Bogotá y comenzó a entrenar bajo la dirección de Fernando Rozo, quien le cambió la mentalidad, le enseñó a ser disciplinado y lo convenció de que sería capaz de llevar una carrera exitosa.

«La llegada del profesor Rozo fue un cambio bastante fuerte porque fue prácticamente un régimen militar, eso me ha hecho tener muchos cambios y me benefició, tanto por los entrenamientos como en la mentalidad ya que el mensaje era ir por las medallas», dijo Arévalo en una entrevista con el diario Publimetro.

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La influencia de su entrenador fue tan grande que se propuso participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 como juvenil y lo consiguió luego de ganar el oro en el Mundial Júnior de Atletismo de ese año.

El profesor Rozo falleció de un infarto cerebral en enero de 2012, año en el que Arévalo consiguió a sus 19 años, terminar en la vigésima posición en la prueba de 20 kilómetros marcha de los Juegos Olímpicos.

Pero el golpe de la muerte de su maestro hizo que tras la olimpiada de 2012, la carrera del marchador entrara en una serie de altibajos de los que salió con la ayuda de su nuevo entrenador, Marcelino Pastrana.

Con paciencia, Arévalo fue haciendo el tránsito por las diferentes categorías juveniles, comenzó a hacerse un nombre a nivel continental y consiguió en 2013 la plata en el Campeonato Sudamericano de Cartagena de Indias, mientras que en 2014 se llevó el oro en los Juegos Sudamericanos de Santiago.

Su paciente andar en su carrera profesional lo llevó a ganarse un cupo en los Olímpicos de Rio De Janeiro, donde se puso como reto terminar en una mejor posición que en los Juegos de Londres.

«Ya en Río 2016 clasifiqué. En la prueba quedé en el puesto 15 y fue bueno porque se mejoraron cinco posiciones», detalló en su momento.

Para 2017, Arévalo se llevó la Copa Panamericana de Marcha y clasificó al Mundial de Londres.

«La experiencia (en la Copa Panamericana) fue buena porque estuve compitiendo con atletas de mucho nivel que vienen siendo los mejores del mundo, entre ellos un canadiense que fue bronce en el Campeonato de Beijing. Creo que hay muchas expectativas y la verdad tengo los mejores presagios (para el Mundial)», dijo antes de viajar a Londres.

Al Mundial, el marchista llegó como una de las apuestas de medalla de Colombia junto a Caterine Ibargüen.

En la prueba de 20 kilómetros en el Reino Unido, Arévalo recogió todo el trabajo que hizo en sus trece años de carrera, se ganó el oro y apuntó a un nuevo objetivo: una medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

«Trabajé para intentar conseguir la medalla de oro, y eso vine a Londres a hacer. Gracias a Dios tuve todo lo necesario para hacerlo», dijo hoy a Efe luego de ganar el título más importante de una carrera a la que le quedan muchos años de competencia.

 

EFE


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